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RUA DOS ANJOS PRETOS

ENTRADA GRATUITA A LOS BOMBONES

ENTRADA GRATUITA A LOS BOMBONES

En la maravillosa RUA MAYOR de Salamanca.

COSAS QUE NO DEBES HACER PARA GANAR AL PARTY: EPISODIO UNO

COSAS QUE NO DEBES HACER PARA GANAR AL PARTY: EPISODIO UNO

El dibujo fue de un servidor. Evidentemente, mi compañera en el juego del Party no fue capaz de adivinar a qué me estaba refiriendo en el tiempo que se estipula con el relojito de arena.

Les recuerdo que se trata de un sustantivo y les animo a que intenten adivinar de qué estamos hablando. Cuando fui consciente de lo que había perpetrado no pude dejar de reírme de mis dotes pictóricas, propias de un Joan Miró.

¿Se atreven a especular un nombre?

ASÍ LLAMADA NOVIA DEL MUNDIAL

ASÍ LLAMADA NOVIA DEL MUNDIAL

Se llama Larissa Riquelme, es paraguaya y pocas cosas se pueden decir más. ¡¡¡Sólo que su momento de gloria pasa por no saber cómo se utiliza correctamente un móvil!!!

 


EL EXTRAÑO CENSO DE LA VIDA

EL EXTRAÑO CENSO DE LA VIDA

Aprovechando mi reciente visita a la casa de mis padres, me encontré con una de mis ex.  Los astros habían trasnochado ante su caprichoso deseo de que tuviéramos un reencuentro. Soltado así, puede sonar pretencioso, decir eso de una de. No hay muchas, así que las recuerdo a todas. No con todas, apenas media docena, para ser sinceros, tengo la oportunidad de tomar un café en una plaza un día de luz mediterránea, así que me animé a darle el visto bueno a su propuesta de ponernos al día en ese extraño censo de la vida sin el otro al que una vez estuvimos habituados.

Ella estaba también de vacaciones, regresaba de Huancayo, provincia del Perú, donde había terminado con un hombre que debía comprenderla mejor que yo. Trabajaba de animadora social en una escuela para discapacitados desde hace tres años y era inmensamente feliz. No recuerdo, mi memoria siempre ha sido selectiva, que fuera infeliz conmigo. Nuestro distanciamiento vino dado por incompatibilidades de horarios y por su afán de cubrir todos los eventos que favorecieran la reintegración social de todo bicho viviente. Éramos por aquel entonces, cuando nos aglutinábamos en un corto y sincero “nosotros”, un ejemplo a seguir por nuestros conocidos y amigos. Teníamos el récord provincial de cooperación con oenegés y se nos bendecía con la mirada todos nuestros esfuerzos por solidarizarnos con cualquier causa que fomentara la no discriminación.

Su agenda, por tanto, nos jugó una mala pasada, pues una relación se basa principalmente en interioridades particulares y nuestra vida era demasiado pública y explícita. Pronto comprendimos que no había un “nosotros” sino un “todos ellos” y decidimos avanzar por senderos diferentes. Yo terminé en Extremadura, ella cerca de los Andes, queriendo a un tipo que nunca le daría un bienestar social – tampoco es que yo pudiera garantizarle eso, la verdad, pero sí el bienestar espiritual que ella precisaba.

No vino sola. Trajo a su niña y yo no podía dejar de observarla como pensando si aquella criatura podría haber sido igual de haber dado conmigo como figura paterna. Los ojos y el pelo eran de su madre, no había duda. De cinco años, era bien educada y escuchaba, algo inusual en los niños de hoy en día. No es que estuviera atenta a lo que decían los mayores, pero si la llamabas, te prestaba atención.

Mi cuestionario fue el típico que se le puede hacer a un niño de cinco años, sobre todo alguien que aparcó sus necesidades doctrinales hace tiempo y no sabe cómo anda hoy el plan Bolonia. Ya les digo: sabes contar hasta dónde, a qué curso vas, cómo se llaman tus amigos y poco más. La pequeña repetía el nombre de Osvaldo incesantemente y tal era su influencia que llegué a pensar que era su profesor en Huancayo. Pero las palabras de mi ex me alejaban de las de su pequeña.

Estaba mejor que nunca, el aire de los Andes la había beneficiado. Hermosa había sido y seguía siéndolo. Y esto no es ponerme una medalla, sino una simple constatación. Seguía con su costumbre de ayudar a los desprotegidos, su labor de integradora social se había reforzado y ahora estaba más pendiente de la educación de niños de atención dispersa que de otra cosa.

Volví, en un momento dado, a captar la atención de la niña y ella volvió a hablar de Osvaldo. Le pregunté si era su profesor y ella me dijo que era su novio.

Entonces su madre se trasmutó en un ser que yo había olvidado y dado un pequeño manotazo en la mesa le dijo que no era su novio. No mientas al amigo de mamá, le dijo. Es sólo un amigo. Sois muy jóvenes para ser novios. Ahí está, pensé yo. Es bueno que vayan haciendo ya ciertas distinciones. La niña no se lo tomó a mal y continuó jugando con dos piedrecillas. Conforme se iba alejando pude observar que mudaba el paso y antes de que yo reflexionara sobre el por qué del cambio, saltó su madre con el mismo enrabietado gesto de antes y le  espetó: ¡te tengo dicho que no imites a Osvaldo!

Ah, la paternidad. Cuántos mitos y leyendas hay sobre ella. Cómo te cambia la vida, nos dicen, cómo te radicaliza los pensamientos y desorienta tus antiguas creencias. Huelga decir que durante lo que quedó de encuentro supe que la niña tenía un coeficiente intelectual por encima de la media y que Osvaldo, sin embargo, poseía un déficit de atención dispersa. Y no pude más que regresar a la que fue mi casa un día sonriendo, pensando que, en el fondo, por muy psicopedagogos que seamos, por muy regeneradores de la conciencia social que nos pretendamos y por muchas chapitas de oenegés que nos pongamos en la solapa de la gabardina, una madre siempre será una madre y por un hijo cambiamos hasta el acento.

O quizás siempre hemos sido más simples que un botijo y necesitamos de estos golpes para entenderlo.

 

Canción del día, Soy una taza, de los Cantajuegos

p.d. Leído en Días de Radio.

PARA LOS AMANTES DE LA FOTOGRAFÍA: NUEVO ESTABILIZADOR DE CANON

PARA LOS AMANTES DE LA FOTOGRAFÍA: NUEVO ESTABILIZADOR DE CANON

Será un excelente regalo de Reyes para mi primo Serafín.

UN VIEJO LECTOR DE PESSOA

UN VIEJO LECTOR DE PESSOA

 Me encontraba solo aquella tarde primaveral del 94. Vagabundeaba por la Universidad sin mucho que hacer que tomar café por los aledaños y leer periódicos o poemas del 27.

Así que me tropecé con un cartelito en algún tablón de anuncios, o puede incluso que lo leyera en la agenda cultural de algún diario local, que decía que habría una conferencia de un tipo hablando de Pessoa y de Ricardo Reis. Yo tenía al poeta portugués recién descubierto y, de entre sus heterónimos, Reis suponía el más querido.

Como no tenía nada mejor que hacer, fui al Paraninfo, donde no había excesivo público. Pude sentarme en la segunda fila, detrás de una mujer de atractiva madurez. El conferenciante estaba sentado a la derecha de su presentador, catedrático de Hispanoamericana – algunos meses después fui descubriendo lo mucho que a este catedrático le reconfortaba el espíritu que ilustres letrados se colocaran a su derecha, evangélicamente, pero de eso ya hablé en otra ocasión.

En cuanto comenzó a hablar descubrí su acento portugués o brasileño, pero poco me costó darme cuenta de que, siendo menos danzarín, se trataba de un portugués. Su acento fue cautivándonos tan sibilinamente que caímos enredados en la tela de araña de su sabiduría en cuestión de minutos. Personalmente, no había escuchado a nadie tan elocuente en mi Universidad, al menos, que viniera de fuera. En un momento dado, recitó unos versos magistrales del poeta, aquella oda que comienza Sábio é o que se contenta com o espetáculo do mundo y, como suele ocurrir en estos casos, su cerebro le jugó una mala pasada y continuó la disertación en portugués. Pero no hubo caras raras entre el público asistente, quizás porque su acento pausado y tan portugués hizo, aún más si cabe, su discurso más embaucador.

Tardó un par de minutos antes de que la mujer madura y atractiva que había delante de mí le dijera: Pepe, estás hablando en portugués y él pidiera disculpas – cómo si tuviera que darlas – y prosiguió guiándonos con su lucidez en un afable castellano, que no parecía esa tarde tan áspero como suele ser lo habitual gracias a su inmensidad.

Salí aquella tarde del Paraninfo apuntándome el nombre de aquel curioso lector de Pessoa tan carismático, José Saramago, y prometiéndome leer algo suyo pronto. De aquella tarde, tan memorable al menos para mí, luego dio cuenta en el primer volumen de sus Cuadernos de Lanzarote, que leí ya en el 98, cuando me tenía ya ganado de por vida como lector.

Pero antes, tal como me había prometido, me acerqué a su obra unos meses después de la mencionada conferencia. Tomé prestado de la biblioteca Casi un objeto, y el último relato del libro, el más breve, lo fui leyendo de regreso de alguna parte en un autobús. Su descripción de una castración porcina resultaba tan abrumadora e ilustrativa que me atravesó en un momento dado, una sensación muy molesta por los mismos territorios que horadaban al animal protagonista del relato. Y cuando cerré el libro supe que Saramago había ganado la batalla y que tendría que ir a por más. Así que hurgué por las librerías y vi que estaba recién salido su Ensayo sobre la Ceguera y una vez que lo devoré lo puse en un altar.

Mi segundo encuentro con él fue durante el Congreso Internacional que mi universidad le dedicó en el 99 con la excusa del Nobel. En el que yo hice una breve intervención hablando de su relación con Pessoa, como homenaje a aquél día del 94. En un momento dado, alcé la hoja del papel y allí tenía sus ojos de primera fila escuchándome interesado y poniéndome nervioso.

Pero lo mejor de aquellos días del congreso fue la patada en el culo que le dio al tan pavoneado Catedrático de Hispanoamericana, artista del evento, cuando le pidió el ingrato que fuera terminando sus exposiciones en las conclusiones del evento, con una sala abarrotada de jóvenes enamorada de su acento y su pensamiento lúcido y exquisito. Y, como el Catedrático es así de generoso, le razonó su apremio porque tenía que hablar el Presidente de Nuestra Comunidad y ya sabe usted don José la agenda de los políticos. Don José, serenamente, dijo que sí que no tardaría mucho, pero que era la primera vez que, en su larga vida, veía que se mandara callar a un Premio Nobel para darle la vez a un presidente de una comunidad autónoma.

Ojala que ahora, para revivir su recuerdo, todos y cada uno de nosotros aprendiéramos algo de un hombre tan inconmensurable. Nos iría mucho mejor y nos conduciríamos más apaciblemente por las extrañas carreteras que la vida nos va proporcionando.

 

Canción del día: Lagrima / Amalia Rodrigues

 

p.d. Leído en Días de Radio el 21 de junio de 2010

 

 

 

INSISTENCIA NÚMERO DOS

INSISTENCIA NÚMERO DOS

Insisto: ¿Para cuándo el premio Príncipe de Asturias a Pau Gasol?

GRACIAS, DON JOSÉ

GRACIAS, DON JOSÉ

EL AZAR DE LA MÚSICA

EL AZAR DE LA MÚSICA

Un ejemplo de las diez canciones que mi azar puede elegir una noche de junio al salir del trabajo:

  • ARCADE FIRE, Neon Bible
  • DAVID BYRNE, Walk on the Water
  • FRANK SINATRA, Downtown
  • MICHAEL NYMAN, Fly Drive
  • DAVID BYRNE, Burnt by the Sun
  • DAVID FONSECA, (Baby) All I Ever Wanted
  • EURYTHMICS, Thorn In My Side
  • MICHAEL NYMAN, Chasing sheep is Best Left to Shepherds
  • BRUCE SPRINGSTEEN, Hungry Heart
  • JOHNNY CASH, I Won’t Back Down

 

A veces el azar tiene estas cosas, y hasta el Boss y el viejo Cash, qué vamos a hacerle, me salen algo poppies.

ESPAÑA 0 - SUIZA 1: EL DESPERTAR DE LA SIESTA

ESPAÑA 0 - SUIZA 1: EL DESPERTAR DE LA SIESTA

NÔTRE HOMMAGE

En nuestra VOIE 11, nuestro particular punto de partida de todo viaje, tanto So como un servidor hemos querido plantearos un cálido y sentido homenaje a Charo Gómez. Sea por muchos años que su presencia nos acompañe y amortigüe los golpes que, según sentencia de César Vallejo, la vida ha de darnos.

 

HOMENAJE AL TIO DE LA VARA

HOMENAJE AL TIO DE LA VARA

Que yo sepa, y quienes me conocen bien pueden corregirme, nunca he tenido la tentación de imitar a nadie por admiración. Al menos, conscientemente. A lo sumo, recuerdo que de pequeño me estiraba al máximo, pertrechado en el suelo, como Arconada, mi portero predilecto de todos los tiempos o intentaba rematar con un espléndido testarazo al más puro estilo Santillana.

He admirado, eso sí, a lo largo de mis casi 40 años a muchos, he querido tener como propio algún verso de Cernuda o Pessoa, habré perpetrado y manipulado unos cuantos de los de la Generación del 27, que tanto me impactó en mi primero época de escribano. Si me dieran a elegir, me hubiera gustado tocar la guitarra como Hendrix o Clapton y algunos detalles más que me guardo. Pero nunca los he imitado ni he deseado ser como ellos. Sus vidas no me han parecido nunca un espejo donde reflejarse. Ni siquiera las de los superhéroes, cuyas biografías casi son hagiográficas.

Y, sin embargo, ahora me estoy descubriendo un nuevo síntoma, una admiración nueva que transforma, transmuta mis pensamientos y, como Alonso Quijano hiciera un día saliendo a luchas contra gigantes con aspas, me lleva a pensarme otra persona. Estoy al borde de la quiebra emocional y creo que el único recurso que me queda es el de dejarme arrastrar por la codicia de estas emociones y dejarme deslizar por su cauce turbulento.

Así, lo único que me queda es la imitación, pues comprendo que mi frustración podría alcanzar cotas máximas de audiencia si no hago algo pronto. Es un personaje que me tiene obsesionado, y no me refiero a Pep Guardiola. De momento, ya he conseguido que mis compañeros de trabajo me regalen una gorra negra de lana pura, a modo de boina, y cuando estoy solo en casa practico horas y horas con el paraguas el difícil arte de ser ducho en manejar la vara, aunque es un poco ridículo. Lo hago mientras espero que el tío Ambrosio, el hermano de mi vecino Ricardo, me consiga la rama de avellano que le he pedido de sus visitas a la Puebla de Don Fadrique. Que será un primer paso hasta que se instale próximamente la primavera y florezcan los cerezos del Jerte. Con la excusa de una visita a tan hermoso lugar intentaré hacerme con una vara de cerezo, pues tengo cierta predilección por ese tipo de madera.

El resto de utensilios lo tengo, algunos reciclados de mi padre, que se pasó muchos años cazando por los páramos inciertos de La Mancha. Y, cuando sea definitivo, saldré a predicar la palabra del superhéroe El tío de la Vara, pues es justo y necesario. Y regenera los pensamientos más turbios de las ensuciadas almas de los mortales. Desde su rudimentaria apariencia ataca las mentes más perturbadas, demostrándoles el efecto apaciguador que tiene el impulso de un buen varazo en las conciencias. Su grito de guerra, cada semana más popular, de sus voy a crujir a toos está poniendo en alerta a esos gamberretes de tres al cuarto que se dedican a hacer el tonto y gratuitamente, cuando podrían estar en Sálvame de Luxe y hacer el idiota cobrando un buen pastizal, molestando sólo a aquellos incrédulos que pasen por tal canal. Lo mismo le da que sean los incendia bosques o los porteros de discoteca, a los que todos, en algún momento de nuestras exiguas existencias, nos hubiera gustado darles una buena somanta de palos, bien portando esa varita mágica que tanto bien hace a la sociedad o a manos llenas.

Como reconoce su creador, José Mota, el mundo actual está dominado por las tonterías y sólo hay una solución eficaz que aplicar: un suministro estratégico de varazos con los que despertar las mentes más adormecidas y devolverles el buen juicio. Este héroe es necesario, me atrevería a decir que se hace imprescindible con la que está cayendo. Su filosofía y modus operandi son de lo más sanos y sus víctimas se quedan finas finas como las sopas de ajopringue que tanto gustan a su antagonista, el Capitán Fanegas, a quien, como habrán adivinado le tengan tanta manía que me produce urticaria.

Para cuando pueda salir por los páramos de Terrinches y Alcafrán embutido en El tío de la Vara, ya subiré unas cuantas imágenes al Facebook, para que todos puedan admirar el proceso de mi mutación. Avísenme de que vienen en son de paz, porque tengo últimamente la vara de lo más sensible y como me esfaraten un poco va a crujir el averno.

 

Canción del día: Highway to hell, AC/DC

 

 

 

p.d. Leído en Días de Radio, un día de marzo de 2010.

 

 

 

AND OTHER TRIBUTES

De Cristina Morano:

 

http://cristinamorano.blogspot.com/2010/06/charo-y-otros-poemas-de-jose-daniel.html

 

 

De Héctor Castilla:

 

http://es.paperblog.com/camiseta-blanca-camisa-negra-179305/

 

 

De Hankover:

 

http://hankover.blogspot.com/2010/06/en-memoria-de-charo-esposa-de-jose.html

 

 

De José Alcaraz:

 

http://josealcaraz.blogspot.com/2010/06/charo-y-otros-poemas.html

 

 

IN MEMORIAM

IN MEMORIAM

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores;
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

José Mercé canta Al alba, de Luis Eduardo Aute

 

DECEPCIÓN ROSA

DECEPCIÓN ROSA

Una de las decepciones más grandes que me he llevado en los últimos tiempos ha sido el ¡zas! en toda la boca que me han dado hoy al ver a mi apreciada, admirada e inteligente Rosa Belmonte en el plató de Sálvame, adulando las bravuconerías que se deslizan diariamente por los labios de su mentor y conductor.

Uno, que ha tenido a gala ser su lector durante muchos años, que no se amilana al decir sin dudarlo que es una de las plumas más ácidas y sexys de todo el orbe periodístico que haya salido de la región murciana, nunca hubiera esperado ese salto del grupo Vocento y del bienestar de ABC a la grandilocuente casposidad (glamourosidad si lo prefieren así otros) de mi querida Rosa Belmonte, y confieso que me hace daño en el alma. Por el periodismo y por ella misma.

Pero, bueno, al precio que se está poniendo el pan, cualquiera se lo discute.

 

SUBIENDO AL CASTILLO (LISBOA)

SUBIENDO AL CASTILLO (LISBOA)

MARILYN SELON: PHILIP HALSMAN

MARILYN SELON: PHILIP HALSMAN

Seguro que no será la foto más famosa de la Monroe hecha por Halsman, pero ésta, junto al propio fotógrafo, pertenece a una serie muy célebre y extraordinaria que el de Riga realizó para la revista Life y que le supuso su consagración internacional, sobre todo por el trabajo que hizo con Dalí.

 

LA MADUREZ DE LOS 50

LA MADUREZ DE LOS 50

En un artículo reciente intentaban convencernos de que a partir de los 50 actualmente principia una nueva madurez. Vamos, que son los 40 de hace quince años que quieren seguir anclados a la postadolescencia. Para ilustrarnos esta teoría propia de vendedores de cosméticos, conversaban con varios personajes más o menos públicos y reconocidos, que reflejaban sus avatares cotidianos. Como si la cotidianeidad de Antonio Banderas, Miguel Bosé o Pedro Delgado fuera un reflejo de la sociedad actual de los que tienen 50 recién cumpliditos, que a muchos les habrá tocado celebrarlo con la carta del despido en la mano.

No quiero imaginarme cómo será un día normal en mi normalidad de los cincuenta, pero soy consciente de que tendré mucho menos pelo y la boca hecha un cromo, si no comienzo a ponerle trabas y diques a tales disfunciones.

Sin embargo, veo nítidamente que si adquiero una mayor madurez que la recogida por mi sentido común una vez franqueados los 35, no será por haber alcanzado tan escandalosa cifra. Cuando uno atraviesa los 35, esa mitad del camino tan dantesco donde comenzamos a vislumbrar selvas oscuras se plantea cosas que antes nunca le habían quitado el sueño y mira de otra manera los catálogos de muebles que se acumulan en los buzones. Así que no quiero ni pensar en qué me rondará por la cabeza cuando tenga 50. Espero, al menos, que no sean los dos mismos versos que me rondan desde hace un par de días con la llegada de la primavera y no sé qué hacer con ellos, dónde ubicarlos, qué ornamentos le han de sentar mejor.

Sólo le pido a Dios que esa madurez que autoproclaman sea cierta, aunque viendo los comentarios de cincuentones públicos de los últimos días me cuesta mucho ser tan optimista.

Ahora mismo uno tiene que dudar hasta casi el infarto de dicha madurez, si se pasea por las declaraciones de un cincuentón como Jaime Mayor Oreja. ¿Les suena el nombre, verdad? Quien fuera un día Ministro del Interior del Gobierno del de la Peineta, candidato a Lehendakari y ahora vive su cotidianeidad con el excelso salario de un eurodiputado, que con la última regularización ascendía a más de 7500 euros brutos, lo que viene siendo anualmente 90000 (si hablamos de 12 pagas y de más de 105000 si se tratara de 14).

Hay comentarios inapropiados, inoportunos, oportunistas, chabacanos, ultrajantes y desproporcionados. Los de Mayor Oreja constatando verbalmente que el Gobierno está pactando con ETA para mantenerse en el poder entran dentro de otra categoría y no se puede titular esa categoría porque estamos en horario infantil y esto no es la COPE. Pese a quien le pese, él se mantiene en sus trece: hay síntomas, hechos, actitudes, afirma el guipuzcoano y se queda más ancho que Oliver Aton tras la consecución de un gol.

¿Eso es un signo de madurez? Pues entonces, virgencita que me quede como estoy. Casi prefiero exhibir mi cincuentena con las faldas que Francis Montesinos diseña para Miguel Bosé. He escuchado excentricidades y barbaridades de famosos cincuentones que estarán en la agenda de Mayor Oreja, pero ésta se lleva la palma. Supera con creces la de su jefe cuando dijo aquello de “cuando yo no lo sabía nadie lo sabía”.

Derrotado, admito que eso de la madurez adquirida por la edad, por una burda cifra acumulativa es un cuenta cuentos. Y si tu ideología no te lo permite o no la has adquirido antes, no va a aparecerte por sorpresa un día en casa para quedarse porque sea tu cumpleaños.

Si tienen alguna duda de lo que digo, sienten en la misma mesa a Esperanza Aguirre, Ramoncín y a Diego Armando Maradona, todos conocidos cincuentones, y déjenlos departir amigablemente. Examinen atentamente si eso es madurez, tomen notas. Ni siquiera un guión de González-Sinde daría para tanto.

 

Canción del día: Como un Lobo, Miguel Bosé

 

p.d. Leído en Días de Radio el 29 de Marzo de 2010.

p.d. 2. La viñeta es de J. R. Mora

 

 

MARILYN SELON: CECIL BEATON

MARILYN SELON: CECIL BEATON

 

Hay muchas Marilyn.

Una en cada uno de nosotros.

Cada una diferente y desconocida para el otro.

En esta rua, como pasatiempo, pondremos algunas de las miradas más famosas que la Monroe regaló a los fotógrafos más prestigiosos. A través de un personaje, un repaso a la edad de oro de la fotografía en el siglo XX.

Comenzamos con la mirada de Cecil Beaton.

 

HERIDA (S)

HERIDA (S)

If I could start again

A million miles away

I would keep myself

I would find a way

 

Extract from Hurt, Nine Inch Nails performed by Johnny Cash

 

[Si pudiera comenzar de nuevo

A un millón de millas de distancia

Cuidaría de mí

Encontraría un modo]