Blogia

RUA DOS ANJOS PRETOS

TELETRASPORTANDO UNA CALLE ENTERA

TELETRASPORTANDO UNA CALLE ENTERA

Esta Rua cambia de domicilio y se traslada.

A partir de ahora, estaremos aquí. Dicen que el café es mucho mejor.

 

LA NUEVA RUA

 

MARCIAL HABLA A BUSH

MARCIAL HABLA A BUSH

Sexto, nada debes, nada debes, Sexto, lo reconozco.

Pues sólo debe, Sexto, aquél que puede pagar.

 

MARCO VALERIO MARCIAL, Epigrama III, del libro II, según traducción de María Ohannesian para ed. Plaza & Janés, de bolsillo, p. 11


VOLTAIRE, TAN ACTUAL COMO SIEMPRE, VIAJA A SUECIA

VOLTAIRE, TAN ACTUAL COMO SIEMPRE, VIAJA A SUECIA

Quand Sa Majesté était habillée et bottée, le stoïque donnait quelques moments à la secte d’Épicure: il faisait venir deux ou trois favoris, soit lieutenants de son régiment, soit pages, soit heiduques, ou jeunes cadets. On prenait du café. Celui à qui on jetait le mouchoir restait demi-quart d’heure tête à tête. Les choses n’allaient pas jusqu’aux dernières extrémités, attendu que le prince, du vivant de son père, avait été fort maltraité dans ses amours de passade, et non moins mal guéri. Il ne pouvait jouer le premier rôle: il fallait se contenter des seconds.

[Cuando su majestad estaba vestido y calzado, el estoico concedía unos momentos a la secta de Epicuro: mandaba llamar a dos o tres favoritos, bien lugartenientes de su regimiento, bien pajes, bien heiducos o jóvenes cadetes. Tomaban café. Al que le arrojaba el pañuelo se quedaba a solas con él medio cuarto de hora. Las cosas no llegaban hasta sus últimas consecuencias, habida cuenta de que el príncipe, cuando su padre vivía, había sido muy maltratado en sus amores de paso, y no mejor curado. No podía interpretar el primer papel; había de contentarse con los secundarios.]

 

Voltaire, Memoires [la traducción de la edición de Valdemar, el club diógenes, 18; p.57]

LAS DESPEDIDAS SON LA CERTIDUMBRE DE LO IGNOTO

LAS DESPEDIDAS SON LA CERTIDUMBRE DE LO IGNOTO

En estos últimos diez años he aprendido a escribir muchas despedidas. Dicen quienes las leen que cada vez lo hago mejor, despedirme. Quizás sea porque la ciudad que actualmente resido es la octava localidad por la que paso y dejo unos años de mi vida, y he ido despidiéndome por el camino de mucha gente, de los que actualmente desconozco todo y sólo quedan de ellos vagos recuerdos, momentos especiales y se desdibujan sus caras, o se entremezclan y le pongo frases a unos que son de otros y hago travesuras con gentes que nunca fueron traviesos.

En ésta que hoy escribo, que es una despedida sin serlo, también hay música en mis auriculares, un grupo que me tiene fascinado últimamente de nombre excéntrico y poco ortodoxo, y que me reservo, pues ya les he puesto algo de ellos en alguna ocasión. Y hablo de perros, que lo hago mucho en mis despedidas, porque tengo de fondo el llanto de uno de ellos, el de mi vecina del bajo-be, que piensa que el patio de luces es caninamente suyo. No es el mismo inquilino que educadamente deposita sus heces en la piscina de nuestra comunidad, lo que es de un mal gusto sorprendente incluso para un perro, sobre todo si tenemos en cuenta que nuestra piscina, como también les expliqué con anterioridad, está en la azotea del edificio y, por lo tanto, hay que ascender para la deposición, lo que es raro hasta para un cánido, no me digan. En mi personalísima investigación y particularísima deducción posterior llegué a la conclusión de que el cánido de muelle flojo había sido víctima de un ataque y temía por su vida. Conocedor el cánido de toda la filmografía de Wes Craven, optó por recorrer el mismo tránsito que sus musas. Como Sandra Cassell, Leslie Hoffman o Neve Campbell subió los peldaños que subían a la salvación de tres en tres y, en lo alto, viendo cómo la ciudad silente y dormida nada podía hacer por rescatarle de las fauces de la muerte, el pánico lo enroscó entres sus fauces cual mórbida anaconda, abriéndole los canales del esfínter como a los pasajeros de un aeropuerto en cuanto pisan tierra.

Las despedidas implican en el 99% de los casos un viaje. Puede ser éste físico, espacial o mental, pero siempre se hablará antes, durante y después del viaje que provocó la despedida.

He aprendido con los años y el ostracismo extremeño que cada vez me resulta más difícil despedirme, y les prometo que estoy habituado a ello. Alternativamente a esta columna estoy escribiendo mi despedida número 26, la que en cada número les ofrezco a los lectores de nuestra revista, El Coloquio de los Perros, y de la que también tienen noticia por aquí. De éstas, cuando el azar o la necesidad me obliga a releerlas, diré que también he aprendido. En ellas, ya lo dije, siempre hay una canción dando vueltas y bien que se podría hacer una antología de la despedida con ellas.

Y he aprendido que se organizan timbas de póquer en los contenedores de basura, y que por eso pesan tanto a partir de la medianoche. Que la soledad es la mejor aliada de la locura y que no sólo somos como los cánidos que suben a las azoteas a defecar, sino que somos también licenciados Vidriera, cada vez más opacos. Que puedes llamar a las tantas a los tele-chinos para que te traigan tabaco y alcohol. Que la palabra ya no es milagro, sino moneda de cambio de los mercaderes del prime-time, que abren cajas de seguridad donde guardar las miserias humanas y sacarlas a la luz para subir las audiencias. Que, en contra de lo que toda una generación había creído, Matrix no estaba evolucionando y que daba igual qué pastilla eligiera Neo. Que en algunas geometrías suburbanas la música es un casus belli y sirve como excusa para lanzar piedras contra las fuerzas del orden para salir de la monotonía. Que el mundo que vemos en directo y el mundo en directo que nos ofrecen nunca es el mismo.

Y, sobre todo, he aprendido que las despedidas no han de hacerse bajo los efectos de la anestesia y que cargar con ellas cuesta demasiado, tanto como las maletas que adornan la escena y que representan símbolos de alguna pérdida siempre. Porque nunca sabes si le estás dando el último adiós a alguien amado, nunca sabes si no has dicho demasiadas pocas cosas. Nunca sabes nada. Sólo que particularmente ya he vivido muchas, y cada vez son más amargas.

Las despedidas son la certidumbre de lo ignoto.

 

p.d. Canción del día: Across the Universe, Beatles

p.d. 2. Leído en Días de Radio el 20 de octubre de 2010.

ESTE COLOQUIO SÓLO ES PARA TI, CHARO

ESTE COLOQUIO SÓLO ES PARA TI, CHARO

Porque estuviste con nosotros siempre, queriéndonos aún sin quererlo, gracias te damos de la forma que mejor sabemos.

EL ALCALDE Y LA MUÑECA

EL ALCALDE Y LA MUÑECA

Al lobo le pusieron un micrófono. El pobre, frustrado porque mojaba menos que un calcetín de deporte marca acme, soltó por su boca todo lo que pudo contra Caperucita. Pretendiendo ridiculizarla, salió maltrecho. Después retiró sus palabras, como si nada hubiera pasado. Pero, desde entonces, nos está vetado contarle el cuento a nuestros hijos: queda demasiado grosero.

DIOS SALVE EL PUNK (Y A RUBALCABA)

DIOS SALVE EL PUNK (Y A RUBALCABA)

Escuchando God Save the Queen en la sala de descanso a las cuatro de la mañana. Como este trabajo anodino e perecedero – casus belli de unos incautos de guante blanco - sin futuro. Sin futuro por  las calles de Inglaterra y rozando los cuarenta con la punta del lápiz.

Si levanto la cabeza del cuaderno, me espera Rubalcaba en la televisión. Otro punkie de postal de diseño inmobiliario.

Tremendo binomio: Rubalcaba + Sex Pistols (ahora dan las 4).

La estridencia está llegando a su apogeo. Y yo estoy loco por que estalle, atronadora la estridencia, y que sangren mis oídos por su dureza.

LA VIDA ES UNA CERVEZA CON AMIGOS

LA VIDA ES UNA CERVEZA CON AMIGOS

La vida es una cerveza con amigos una tarde de lluvia improvisada y sin prisas, una palabra de cuatro letras, un hueco en un autodefinido, una beca ERASMUS recibida y disfrutada a los 76 años, es un amanecer, un atardecer y poco más.

La vida es la mirada imparcial de 90 años de la bailarina cubana Alicia Alonso, de sus cientos de representaciones de Giselle, la heroína del libreto del romántico Théophile Gautier desde 1972; es un breve encuentro en Murcia con Augusto Roa Bastos moviendo una mesa, con Maya Plisetskaya, persiguiéndola por los callejones de la tercera planta de El Corte Inglés, entendiéndonos en una extraña combinación de francés e inglés; es una foto borrosa de mi grupo de octavo de EGB en Toledo con Marcelino Camacho y la voz de un - a día de hoy – militante socialista rogándonos que, por favor, no se la enseñáramos nunca a su madre, la mujer del notario del pueblo.

La vida es el espacio de tiempo que va de una aparición a otra en Telecinco de Belén Esteban; o los días que nos damos cuenta que hace mucho que no sabemos de Boris Izaguirre o Mercedes Milá y seguimos aquí y no ha pasado nada.

La vida es un café en Piazza Della Rotonda, en Roma, leyendo las inscripciones en mayúsculas del Panteón de Agripa detrás del Obelisco, intentando recordar que Tertium indica que el monumento fue mandado hacer durante su tercer consulado; es la risa de Katherine Hepburn a través de la gran pantalla y en versión original; es el instante preciso del cameo de Alfred Hitchcock y descubrirlo sin perder el ritmo y la intriga de sus películas.

La vida es Karolina Kurkova en todas sus vertientes, en todos sus vértices, declarando que el glamour es cosa de pijas, que hay que aprender para no perderse en sus excentricidades, y que hay que sobrevivirle porque hay que hacer la compra, cocinar y coger el metro; es tropezarse con una mirada perdida de Penélope Cruz en un concierto de Prince y ruborizarse como uno lo hace ante la Sibila de Delfos que capta toda nuestra atención en la Capilla Sixtina.

La vida es la sorpresa que nos proporciona cualquier regalo inesperado y la sensación que se nos queda en el alma de que ese momento no nos pertenece a nosotros, que se lo hemos robado a otro o se extravió de una escena de película en blanco y negro; es no hartarse de reencontrarnos en la placidez del sofá con el dinosaurio de Augusto Monterroso; es el olor a champú de la persona que una noche se ha quedado a dormir y que todavía no se ha marchado al despertarnos.

La vida es Allisson Le Borges embutida en unos leggings reforzados en caderas y buscarle entre los encajes, como si resolviéramos una sopa de letras, los parecidos razonables con su abuelo, Alain Delon; es Marylin Monroe reclamándonos su atención, pidiéndonos ayuda a través de la cámara de Cecil Beaton; es una lista de regalos navideños que, al menos, contenga una botella de Matarromera; es pensar que puedo reencontrarme con Susanne, después de casi cuatro años sin vernos, en los que ella ha sobrevivido a un cáncer y saber que voy a emocionarme en ese primer abrazo.

La vida a veces incluso es como leerle sánscrito a un burro o hacer helado de tocino, es ese día que llegas tan desencantado a casa que quieres tirarlo todo por la borda y comenzar de cero, aun sabiendo que después la almohada te dictará otros menesteres y te organizará el próximo día de manera similar al que acabas de dejar de lado.

Porque la vida a veces también es deleitarse en la más perezosa de las actitudes perezosas, o sentarse en la mesa de escritorio de tu abuelo en la que escribiste tus primeros versos y holgazanear, leyendo a los amigos o escaneando fotos ya ancianas, que te traen momentos y lugares que casi cuesta ubicar. La vida también es demorarse al fregar los platos, dejando que suenen los Pixies cada vez más alto, esperando que el otro lado de tu cama regrese del trabajo y encontrarte en su boca, preguntarle cómo ha ido todo, que será igual que siempre, abrazarla pese al calor, disfrutarla esas breves horas antes de que os rapte el sueño tumbados en el sofá.

La vida, en ocasiones, es amar, pero pareciendo que no haces nada, como si fuera una certeza cotidiana, afianzándote más en ella, recordando las palabras de Susanne desde Berlín, asegurándote que son tiempos extraños los de un cáncer y que cuando termine la lucha volverá a vivir. Más que antes, asegura.

 

Canción del día: What’s Good, Lou Reed

p.d. Leído en Días de Radio el 5 de Octubre de 2010.

 

 

EXCAVANDO EN LOS FOROS

EXCAVANDO EN LOS FOROS

PREGUNTA: ¿QUÉ SIGNIFICA VINI, VIDI, VINCI? LO HE VISTO EN MUCHOS LIBROS, PERO NO SÉ QUÉ SIGNIFICA “LITERALMENTE”

 

RESPUESTA (CALIFICADA DENTRO DEL FORO COMO “LA MEJOR”): SIGNIFICA: VINE, VI Y VENCÍ. ES UNA FRASE CREADA POR ALEJANDRO MAGNO… UNO DE LOS MAYORES CONQUISTADORES DE LA HISTORIA.

 

¡¡¡TOMA-TOMA-TOMA!!!, CITANDO AL MAESTRO BASAURITARRA BORJA PÉREZ. ALEJANDRO III DE MACEDONIA CREABA FRASES EN LATÍN… PERO SE VE QUE ERA EN TIEMPOS DE BACHILLER, PORQUE NO SABÍA CONJUGAR CORRECTAMENTE EL VERBO “VINCERE

EL PÓQUER COMO RENOVACION DEL CASINO

EL PÓQUER COMO RENOVACION DEL CASINO

Me encontraba en esos minutos de la basura en los que nos sentamos a esperar que se haga nuestra hora de salida para terminar mi jornada laboral del sábado. Cogí una revista que había por allí, cerca de la mesa. Una de ésas que los hoteles tienen a modo de promociones varias. Hablaba de póquer, una de esas publicaciones que te hacen un resumen mensual, amplio y exhaustivo de todo lo acaecido en los innumerables campeonatos y torneos que se celebran  a lo largo de todo el orbe terrestre. Una de tantas que han ido proliferando en los últimos cinco años en nuestro país, en la que cuatro o cinco jugadores profesionales consagrados se lo guisan y se lo comen para demostrarles a los demás lo cojonudos que son y lo mucho que les gusta mirarse el ombligo.

Un artículo levantó especialmente mi curiosidad, más que mitigada a tales horas de la mañana. Se trataba de una especie de historia abreviada del juego en España en diversos capítulos. En esta ocasión, casualidad de casualidades, le había tocado al capítulo del póquer nacional. En él se atrevían a asegurar, grosso modo, que los casinos subsistían anquilosados en un bucle que iba repitiendo los periodos que se dieron durante el Medievo: Alta y Baja Edad Media y que los colonos que fueron a hacer las Américas, exportando el Poker Texas Hold’em de Las Vegas para promocionarlo aquí y darle la alcurnia y el prestigio que hoy tienen fueron los Giotto, los Botticelli, los Donatello de la actualidad. Con ellos llegó el Renacimiento a las salas de juego y todo se volvió mágico de repente y accesible.

Son esos jugadores profesionales, cuyo atuendo principal son unas gafas negras, los que pueblan los pasillos de los casinos, aullando ante la valentía de un fulano que se juega la posibilidad de hacer una escalera con una trucha, que, para los profanos como un servidor, es una de las mejores jugadas que hay con tus dos naipes y al que vitorean porque se ha llevado después de unas horas un premio de 3000 pavos. Insertos en las más variopintas publicidades de las casas de apuestas virtuales que pululan por esta Nueva Europa que están construyendo, con sus gorras de béisbol americano o sus capuchas de skaters, aseguran que esta nueva configuración del paisaje ha cambiado el obsoleto y rancio abolengo de las salas de juego, en las que, hasta hace bien poco, se solía exigir etiqueta o no se permitía el acceso a ellas sin un calzado apropiado al menos. Lo mínimo que se pedía era una chaqueta para los caballeros y vestido para las señores y el personal te trataba de usted en cada momento, aunque pasaras allí más horas que ellos mismos y supieran más de sus cosas que su propia familia. Dentro del colmo del elitismo recalcitrante, hasta contaban con un servicio de guardarropía, donde también se podía alquilar ciertos enseres, necesarios para la entrada al recinto de juego.

Pero como dicen estos pupilos de Da Vinci, son nuevos tiempos y hay que espabilarse. Los casinos se han reciclado para dar cabida a más visitantes y potenciales clientes y se han ido quitando - algunos paulatinamente, otros de un plumazo - todo el boato y la etiqueta de club selecto que antaño todos conocíamos y que, al parecer, tanta grima daba a los que sabían que con el contenido de su cartera no podían ascender tales escalones. Ahora las chanclas, los chándales y los bermudas están a la orden del día y cualquier billete de curso legal es recibido con la mejor de las sonrisas. Entran como quien ha quedado para hacer botellón con sus esparteñas fashion y acoplándose en las posturas más risueñas para que apreciemos correctamente sus shorts de marcas reconocibles para todos y se les trata más campechanamente que a la familia real. Cuando hay que requerir la presencia de alguien por megafonía interna para comenzar un sit&go se les llama por su nombre de pila y todo el mundo parece de lo más feliz.

Y a mí me ha dado, fíjense qué cosas, a las cinco y media de la madrugada, por extrapolar todos estos signos de decadencia de este pequeño circo de las vanidades al resto de la sociedad, donde lo vulgar arrasa hasta la ataraxia y uno puede señalarle a su compañero ocasional el detalle de la vena de una mano en un cuadro de Renoir con la ayuda de un objeto punzante como es un paraguas y nadie de los que ven la escena le llamarán la atención horrorizados ante tamaña desconsideración y falta de educación. Por lo visto y sentido en mis diez años largos de servicio al cliente, éstos, ellos, nosotros, todos, tenemos ciertos derechos inalienables al adquirir una entrada o al traspasar una puerta. Es decir, derechos que no se pueden enajenar, que no se pueden ni vender, ni ceder ni transmitir legalmente. Y a todos nos gusta ser clientes en esta sociedad altamente consumista. Que nos traten exactamente como nosotros queremos: como a un perfecto cliente.

La pregunta que debemos hacernos es la siguiente: si cuando adquirimos ciertas entradas nos convertimos en clientes de inmediato, y dejamos nuestra parte de ciudadanos en la puerta, antes de entrar, a la señorita amabilísima de la recepción o del guardarropía.

 

Canción del día: Viva las Vegas, de Elvis Presley.

p.d. Leido en Radio Candil el 21 de Septiembre.

PARA UN DICCIONARIO FUTURO

PARA UN DICCIONARIO FUTURO

ANCIEDAD: 1. f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo que deriva en el individuo al alcanzar la tercera edad. /// 2. Med. Angustia que suele acompañar al hecho de descubrir que tu dentadura es postiza, no puedes levantarte de un sillón sin ayuda externa y que llevas más del tiempo que puedes recordar sin tocarte.

RESUMEN DE UNA JORNADA TRISTE

RESUMEN DE UNA JORNADA TRISTE

Para que luego digan que no hubo nadie el 29-S haciendo huelga.

p.d. La foto es de un servidor.

EN MEMORIA DE MIGUEL ÁNGEL VELASCO

EN MEMORIA DE MIGUEL ÁNGEL VELASCO

Mallorca Revisited
(1999)
Para Francisco Brines


A cuatro días de morir el viejo
Me he ido, solo, a bailar
-a cuatro días, ni uno más ni uno menos-,
a una gruta de esas:
luces estroboscópicas y músicas de trance.
Pensando en el albur
de encontrarme de nuevo a los dos rusas
de la estancia pasada, Ira e Inna,
de una ternura audaz, y repetir
aquello tan conforme de los tres en la cama,
mirándolas beberse en los desmayos
de mi virilidad. Olvídate,
ya no las verás más a Ira e Inna;
recordarás tan sólo, agradecido,
esa lujuria santa.
Mientras ya van tres cápsulas
de Semilanceata,
esos hongos salvajes
que te aceitan las vértebras. Y bailas,
bailas como un poseso
a los treintaycinco años de tu edad,
con los ojos cerrados,
enhebrado en el ritmo,
multiplicado en brazos y figuras
como un derviche ido.
Contra la muerte bailas, contra la puta muerte,
por ese bulto rígido de tu viejo en el féretro,
por su rostro amarillo.
Si algo quieren que vengan las bacantes,
que se planten delante,
a ver si alguna hay que también baile
contra la muerte hoy,
multiplicándose en fatalidad,
descoyuntada en varias,
haciéndose una lámina vibrante
herida del destino,
puro mimbre... si no
para otra bailaré. Porque esta noche
contra la muerte bailas,
como un fragmento suyo desatado,
como su cola eléctrica, amputada,
de lagarto amarillo.

Miguel Ángel Velasco.

¿CÓMO DICES QUE ERA RACHIDA?

¿CÓMO DICES QUE ERA RACHIDA?

¿iNFLACIÓN O QUÉ?

 

 

p.d. todo lo demás.

CERRADO POR HUELGA

CERRADO POR HUELGA

No es que se me haya pasado. Es que ayer estuve de Huelga.

99 ES COMO 100-1

99 ES COMO 100-1

Ustedes los occidentales escuchan látigo y se les va la cabeza. Se imaginan a una mujer embutida en un ridículo traje de cuero minúsculo, se les llenan las neuronas de depravación, transformándose en íncubos lascivos a la caza de un buen ejemplar que llevarse a las caderas, se tiran como posesos a libar la punta del zapato de la portadora del látigo. Llámenlo paradoja si quieren, pero aquí, en nuestra civilización, casualmente, también con la palabra látigo a muchos se nos transporta el pensamiento hasta una mujer enlutada, pero con velo, pecaminosa, cancerígena y adúltera. En el fondo, podríamos decir que somos tan parecidos… Pero ustedes tardarían en siglos en creerlo…

Ustedes se levantan por la mañana, preparan el desayuno y, como no son horas de ir a por el periódico local, ponen su canal de televisión preferido para amenizar el café con lo más destacado de la jornada anterior. En nuestro caso, ponemos Al-Jazeera y desayunamos agradablemente con el sabor de la justicia y la noticia de que a la mujer iraní condenada a muerte por adulterio le darán otros nuevos 99 latigazos, pues nunca está de más unos buenos azotes bien propinados, para que el resto observe cuán ejemplarizante y purgativo es quitar los pecados del espíritu antes de entrar en la otra vida, es decir, antes de pasar a mejor vida, que es un eufemismo para decir que nos liquidan para el otro barrio. Bueno, me ha salido otro eufemismo, qué podemos hacerle, si aquí somos tan eufemísticos, que ahora me pregunto si vendrá de místico esta palabra. ¿Serían los místicos del Éufrates los primeros eufemísticos? Tendría que mirar en la wikipedia.

Nunca sabremos si realmente es adúltera o no, pero conocemos el delito y la pena, la exculpación a la que será sometida públicamente y sus más que presumibles consecuencias, a pesar de los protestantes insurgentes occidentales, que están deseando venir a adoctrinarnos y a decirnos cómo debemos hacer lo nuestro, ellos que no saben siquiera gobernar su propio mundo opiáceo y se escudan en faldas de Dior para los flashes.

Personalmente, poco o risibles me parecen los cinco años que lleva en la cárcel esa mala pécora de Ashtianí, ya la podrían haber lapidado hace tiempo y ahorrarnos la deshonra de tener que mirarla a los ojos y una buena cantidad de impuestos para salvaguardar su manutención.

99 latizagos. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco… Y así podría seguir mi cuenta hasta casi la centena. ¿Han escuchado mentalmente el chasquido del cuero tras cada uno de los números? ¿Han sentido su espalda desnuda, acicalada con la púrpura de su sangre centelleante? ¿Han visto la sangre derramada de los labios de su hijo, lacerante por la impotencia que causa el castigo?

99 latigazos, cifra mágica, por consentir tomar una foto sin velo, rigiéndose por las barbaridades occidentales, ese Disneyland inmundo, que van a convertir nuestro paraíso en un reducto de insurgentes. Los innombrables salen con la idea descabellada de que no es ella la modelo de la foto, pero es más evidente que nuestra justicia, auspiciada por los dones divinos, jamás tropieza. Y la difamación que de la decencia ha hecho Ashtianí es intolerable, a pesar de nuestra conocida tolerancia. Pero ya me estoy viendo a los franceses… Oh, los occidentales arbolando su simpleza bajo los canales retrógrados de la indecencia… Oh, ese enano de Sarkozy, ninguneado por su atribulada señora… Sólo ellos hablan de normalidad cuando ven a una mujer maquillada y resaltan su belleza para crear la autodestrucción y contaminar el germen de todas sus iniquidades… ¡Pobres brutos!

Desde mi ventana amanece sobre la cúpula de la Ópera Garnier aquí en París, y el día comienza apacible. El servicio de habitaciones toca a mi puerta, trayéndome el desayuno. Debo abrirles. Es tiempo de ir dejándoles. Tengo que apresurarme. Dentro de dos horas me reuniré con el señor Lombardi, algo así como un portavoz del Vaticano. En mi calidad de diplomático, no puedo salirme del guión y es bueno para nuestro gobierno estas publicidades tan gratuitas… Así que no hay más remedio que escuchar al tarado con alzacuello. Mientras él hable, yo iré  palpando la delectación de los 99 latigazos: uno, dos, tres, cuatro, cinco… Y con esa satisfacción iré asintiendo con la cabeza a sus rogativas y presumibles consejos, hasta que termine su dichosa  cháchara cristiana.

 

Canción del día: TOXICITY, SYSTEM OF A DOWN

 

p.d. Leido en Días de Radio el 8 de Septiembre de 2010.

RÉQUIEM POR PLATANITO

RÉQUIEM POR PLATANITO

Que si el pobre toro de Tordesillas, de nombre Platanito, que ya hay que ser cursi como tan sólo lo puedo ser un aspirante a señorito con patillas de mostrenco y polo de marca a juego con chaleco de cazador para llamar a un representante del símbolo nacional de tal guisa y que ciertos medios han grabado como acto violento para darle carnaza a los antitaurinos;

que si la increíble hazaña de Nadal al conquistar todos los grandes campeonatos tenísticos con tan sólo 24 años, siendo el más joven en hacerlo y el tercero en toda la historia de los grandes slams, practicando un tenis que hacen que sus rivales hablen solos y destrocen raquetas contra el suelo ante la impotencia que provoca la potencia de su brazo aniquilador y ya se nos va subiendo el honor patrio a la cabeza y a llenarnos la boquica de lindezas como que es el mejor jugador de la historia, cuando hace dos días lo habían puesto a la altura de la selección nacional de baloncesto de la actualidad, es decir, a dos metros bajo el suelo;

que si el topless de Tania Llasera fue fortuito o pactado con la cadena ante la poca audiencia del programa que presenta, que es una rubita, por si no lo saben, que se pasó de La Sexta a Telecinco, que es como decir que vives en Almuñécar y te vas de vacaciones a Águilas y que tiene que aguantar cómo sus directivos le piden, como rubia que es y ejerce, que total qué más da, si enseña las tetitas en la playa, por qué no hacerlo también para insuflar unas décimas en la audiencia, que para eso te pusimos ahí, al fin y al cabo, porque estás muy buena y no por tu tesis doctoral sobre los dardos de Lázaro Carreter y que si no pasas por el aro pues cerramos el grifo del programa y te quedas sin currelo, a ver qué dices;

que si todavía colea la celebración del 11-S y la indignación norteamericana por lo de la mezquita, la Cordoba’s House que quieren llamarla, por la cosa de la nostalgia, aunque otros lo vean como acto de venganza, pues como dice un viudo de las vícitmas de las Torres, los árabes construyeron la mezquita cordobesa para agradecerle a Alá la victoria sobre los cristianos, pues, como todo norteamericano sabe, una mezquita se alza en loor a una batalla y como símbolo de una conquista;

que si aquí se pide el Príncipe de Asturias para los moriscos y en Córdoba, la nuestra, la verdadera, la del califato, se aúnan mil personas para enlazar la Mezquita con la Sinagoga;

que si el basuco, o droga de los pobres, elaborada a raíz de los restos que hemos desechado de la cocaína, va a hacer polvo, nunca mejor dicho, miles de cerebros en cuestión de meses, cerebros de jóvenes que en vez de ir a Yale o a la Deusto a aprender algo digno para sentirse más humillados en la cola del paro, optan por fabricarse su propio mundo de mierda, una mierda virtual, pero siempre la misma mierda, como si pudieras comprar la mierda en Second Life, pero con un adsl mucho más intenso, por vía pulmonar: y ahora también una mierda concordada entre el propio Gobierno – el próximo que venga también les hundirá la cabeza un poquito más en el fango, por si alguno quiere engañarse, ya se lo voy recordando – los empresarios y los banqueros, que se relamen los muy imbéciles pensando que el dinero de cuatro empresarios suma más que el de quince millones de curritos, vaya una piltrafa de banqueros, que ni sumar saben y no ven que quince millones de poco es mucho más que cuatro de mucho, tendrían que ir los directivos de mi empresa a explicárselo, ya que llevan aplicando esa consigna desde el 2007 y nos va tan ricamente.

Y así vamos pasando el día, con noticias que desgastan cada vez más y que nos hablan bien a las claras de esa decadencia humanitaria que se respira constantemente en el aire, a pesar de que siempre haya un Haití o un Pakistán que nos dé ínfulas para demostrarle al mundo que somos de lo más solidarios y que nada seríamos sin el otro.

Y así, es normal que la mala leche se me vaya acumulando en las encías y termine por salirme en forma de puñal de nácar. Como muy Generación del 27 van fluyendo en mi alma las maldiciones y las contradicciones y, por si fuera poco, antes de darle carpetazo a lo de hoy, leo que Viviane Reding afea la postura francesa de patear traseros de romaníes, cuando ya casi no queda ninguno en el país, que debe de ser que se ha enterado algo tarde, porque, por lo que se ve, Francia pilla muy lejos de Europa y sale con lo de abrirles un expediente.

Así que determino que hoy es un día para ponerse de basuco hasta las trancas, y me voy a dar una vuelta, a ver si localizo a mi camello, para ponerme hasta el tuétano, mientras veo repetido el partido de Nadal, que es lo único medio decente que hoy sobrevuela por estos rincones tardíos del estío.

 

Canción del día: Deltoya, Extremoduro

p.d. leído en Días de Radio el 15 de septiembre de 2010.

 

HOY LAS MOCHILAS

HOY LAS MOCHILAS

Hoy las mochilas se nos quedaron pequeñas para cargar con tu recuerdo.

 

p.d. Válgame este minúsculo tributo de un país que siempre fue sordo a tus semblanzas.

Y este otro, que traigo aquí, desde tan lejos.

PARA LOS AMANTES DEL MORBO

PARA LOS AMANTES DEL MORBO

Pues como ahora tengo un cuartillo dentro de Candil Radio donde se puede acceder a los audios de las columnas - las que voy dejando aquí y otras, os hago partícipe de la nueva, adjuntando el enlace LA COLUMNA DE ESPADA en la sección propia de "Como en casa".

 

p.d. Ha sido impuesto este post a petición popular.

LAS BANDERAS Y EL CORO

LAS BANDERAS Y EL CORO

Ayer era festivo en mi comunidad, porque era su día. Como suele suceder en cualquier día de asueto extra, a tus vecinos les da por darle golpes a todo lo que pillan con la excusa de que practican el hermoso arte del bricolaje, despertándote a las diez de la mañana, lo que siempre es de agradecer. La gente está como loca por descansar de su trabajo para ponerse a dar martillazos en su casa, lo que es curioso. Si lo que quieres es descansar en casa, ¿por qué no te dedicas a confeccionar ceniceros con latas de refrescos recicladas o a hacer punto de cruz para ornamentar las tertulias de los centros de la tercera edad?

Pero volvamos al punto de lo del día de nuestra-vuestra Comunidad. Como recordarán, alguna vez he expuesto aquí la teoría de que si algo necesita un DÍA DE para que hablemos de él es que tienes un problema gordo, porque, al menos una vez anualmente, tienen que venir a recordártelo. Algo así como lo que hacen los programas del corazón con las viejas glorias como el Padre Apeles o Paco Porras, que los sacan aleatoriamente para que en 3 minutos nos acordemos de por qué aborrecimos a esos personajes.

Yo nunca he estado a favor de ciertas exaltaciones del terruño, porque los peores derramamientos de sangre de la historia se han hecho escudados en la exaltación del terruño y en ondear banderas y, además, uno no elige dónde quiere nacer. Si nos dieran a elegir dónde hacerlo... Bueno, supongo que habría superpoblación en las Islas Seychelles o barbaridades de ese tipo. Cuántos de nosotros no hubiéramos escogido como destino natal Río de Janeiro, pensando en esos revolcones en sus idílicas playas con jóvenes bronceados. O Dinamarca, por ser el país que mejor distribuye sus riquezas entre sus pobladores. Particularmente, creo que hubiera elegido la Toscana y no me gusta ni un ápice la mayoría de italianos que he conocido.

Deberíamos siempre resaltar nuestras concomitancias y no nuestras diferencias. Esto, de tanta perogrullada, ya cansa y se convierte en dicho cursi. Pero también es cierto que conviene recordar las cosas, pues tenemos una tendencia exagerada a olvidarnos de lo que causa incomodo y provoca esfuerzos. Cuando escucho a los andaluces, murcianos, catalanes, extremeños hablando de que su ciudad es lo más bonito del mundo me echo a temblar, sinceramente, porque el amor excesivo conduce indefectiblemente al conflicto y al "grito pelao".

Y desde aquí un consejo para advenedizos: si vienen por Extremadura, no comenten nunca que lo más bonito de localidades como Badajoz, Valencia de Alcántara o Alburquerque, sin ir más lejos, es su proximidad a Portugal, porque estarán fritos. No hay un miedo mayor para los de la Raya que los comparen con los portugueses, y jamás entenderé ese supuesto agravio.

Llevo casi seis años en esta tierra y todavía no he visto nada en Extremadura que me desagrade, a excepción de los bocazas, pero éstos son legión internacional y, simplemente, los aparto del plato y me como la carne. He disfrutado de veladas y jornadas maravillosas pateando Guadalupe, Plasencia, Alcántara, Trujillo... Me he deleitado llevando a viajeros ocasionales y amigos por las calles de Mérida, Cáceres y Badajoz, descubriendo con ellos también rincones para mí entonces inhóspitos o desconocidos... Quedarán estas ciudades impregnadas en mí como tantas otras, como mi ciudad natal también.

Pero no me pidan que enarbole banderas, como tampoco me pidan que forme parte del coro de la Iglesia. Las banderas, como las conversaciones privadas con el dios de cada uno, están en el interior. Cuando oigamos a alguien exagerar las maravillas de su terruño, agitemos la cabeza en señal de aprobación, dejémosle que chille lo que quiera, abstraigámonos y regresemos a los interiores insólitos que de nuestra ciudad amada llevamos cada uno en nuestra memoria. Verán, como irremediablemente, nos sale una sonrisa de condescendencia con nuestro improvisado interlocutor y, sin dejar de sonreír, le diremos que sí, que tiene razón en todo, que su terruño es lo más, mientras en nuestro pensamiento vamos dejando atrás la calle Pósito, seguimos atravesando Almanzor para subir hasta la Alcazaba, por ejemplo, y contemplamos una vez más el puerto, el barco de las 16.30, partiendo hacia Melilla.

 

Canción del día: My City of Ruins, Bruce Springsteen

p.d. Leído en Días de Radio, el 9 de septiembre de 2010