INCAUPPTOS (Y MURCIANOS)
Según leo en vegamediapress - donde llego por azar a través de mi siempre bienamado y admirado Rubén Castillo - de los 26 alcaldes, concejales, delegados y demás políticos imputados de la región murciana por delitos, sólo dos son de un partido que no sea el PP. La mayoría pringan por delitos urbanísticos, lo que es obvio si uno toma la guía verde del Trotamundos y se da una vuelta. Pensará que cómo ha cambiado el cuento, o que el que hizo la guía iba de trippies hasta las cejas. Ustedes tomen una avenida cualquiera de los aledaños murcianos o de su costa y dedíquese a contar las grúas que se ven de un plumazo y apreciará el detalle. Por anexo, los medioambientales.
Pero como eso es el pan nuestro de cada día, me ha llamado la atención los demás cargos imputables: compra de votos (Fortuna), tráfico de influencias (Ulea, Totana), prevaricación (Totana), contrataciones ilegales (Cieza), malversación de fondos públicos y cohecho (Mazarrón), cobro ilegal de comisiones (Totana), y falsificación de documentos (Abanilla).
Totana se llevaría la palma, si no fuera porque el alcalde de Ulea, pueblo de menos de mil habitantes tiene el privilegio de cobrar casi 4200 euros mensuales por su labor a favor de llevar el nombre de Ulea más allá de la Vía Láctea (gastos aparte, me atrevo a decir). Aunque, y no es por desmerecer, chicos, pienso que os habéis esforzado todos al máximo de vuestra ridícula imaginación, pero opino que la reina es la de corrupción de menores, a un alcalde de Ojós. Presunta, como suele ser habitual, pero se le incautó en su casa un disco duro con una colección fotográfica de menores que ruborizaría al mismísimo Torrente.
Región, que diría Forges (gran conocedor y amante, por otra parte, de sus vinos).
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