PEDRO Y PABLO O LA NECESIDAD DE CREAR
Hoy va el Príncipe, el nuestro (no hay pérdida: el más alto), y le entrega unos cacho premios a dos artistas de los que estoy profundamente enamorado y que me han acompañado en momentos muy felices de mi vida (especialmente, por compartirlos con su obra). Y es que hay que ser feliz con poco para tener mucho.
Pedro Almodóvar, al que tuve la suerte de “conocer” (entre muchas comillas) cuando mi jefe me envió a cubrir la première de Volver para nuestra superrevista digital.
Paul Auster, al que descubrí con Smoke (era la época) y desde entonces hasta ahora lo he ido bebiendo como se hace con un buen bourbon.
Ah, y a los Gates, que me acompañan casi cada día cada vez que enciendo este ordenador donde tengo mi despacho virtual. Pero no lo puedo decir muy alto esto. O eso creo. Tendré que preguntarle a So.
Desde el 23 de febrero de 1981 no me he alegrado tanto de tener una monarquía por aquí.
Enhorabuena, Pedro y Pablo.
Pedro y Pablo. Qué curioso. A ver si va a ser verdad que todo está en las Escrituras.
2 comentarios
el detective amaestrado -
Tom Cruise -