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RUA DOS ANJOS PRETOS

CSI TERTULIANOS

Recientemente me conmovió de manera profunda un capítulo de CSI Las Vegas, donde había un caso que se concentraba en el interior de uno de los miles de casinos que allí hay, a cual más hortera en su decoración. Hablaba el jefe Grimsson de probabilidades en el juego con una convicción que pasmaba, mejor que cualquier jefe de sector de cualquier casino de acá, eso fijo. Al mismo tiempo, ejemplificaba a los que con él estaban lanzando una bola en la ruleta francesa de doble cero, que no es la clásica, la francesa de toda la vida, sino una que se inventaron los americanos para ganar más dinero todavía, es decir, ésas en las que hay un cero y un doble cero. Bueno, pues el genio de la ciencia de Grimsson va y lanza la bola como si lo hubiera hecho toda su puta vida y nadie se sorprende ni se le caen las braguitas allí mismo al ver semejante proeza. Tengo amigos que han hecho cursos durante meses para eso de lanzar la bola en una ruleta francesa, donde los crupieres están sentados, y han tenido siempre ciertos problemas para lanzarla. Que me corrija, por ejemplo, el desaparecido y entrañable Horacio, tan poético como macarrónico y amigo de la pasta, que sudó lo suyo antes de perfeccionar la técnica del lanzamiento de bola en ruleta.

 

Y es que me fascinan estos policías modernos que atrapan al ladrón sin pistolas y saben de todo, que deben de pasarse el día pegados a internet y leyendo en bibliotecas las selecciones del Reader’s Digest, si es que éstas aún existen. Qué maravilla, qué aciertos cálculos los suyos. Que hay que desmontar un tractor, pues saben dónde está cada pieza y la que falla, al igual que saben la fórmula mágica de la Coca-Cola o cuál es el ingrediente casi cancerígeno que hace que el Tang sepa a rayos molidos. Caso nuevo, nuevas oportunidades para demostrarnos que para ser sabio hay que ser policía, o algo por el estilo. Es que no me quedo muy bien con la moraleja exacta.

 

Así que no entiendo tampoco por qué no ciertos tertulianos que aparecen dándonos el desayuno a los españoles que tenemos la desventaja de trabajos raritos y que somos los que los aguantamos, no sé por qué, repito, no se van de cabeza a los platós de las diversas ramificaciones de CSI que hay por el mundo USA y se alían con ellos. Qué combinación, virgensanta. El fin de los villanos, seguro. Es que estos contertulios saben de todo todito todo. Que se habla de la II República, pues ellos ayudaron a redactar el texto y a promulgarla. Que se habla de la clasificación in extremis y sorprendente del Vila-Real en semifinales de Champions, pues se saben el censo exacto de todas las poblaciones de menos de cien mil habitantes de Europa, para ratificarnos que son el segundo pueblo en tamaño que consigue esa gesta. Y qué cojones da que sea mayor o menor, si el hecho de que llegue un equipo español a semifinales de ese campeonato ya es noticia, sea el Betis, el Madrid o el Ejido. Que se habla del tráfico caótico en Barcelona o Madrid, pues saben todos los nombres de las calles que están cortadas por obras. Que se habla de la fuga de cerebritos al extranjero, joder, ahí sí que les han tocado la fibra, pues es uno de sus temas preferidos, que se saben hasta los títulos de las tesis leídas en la Complutense en cada decenio, como aquella famosa de « Doctor, ¿por qué me duele tanto la vesícula, y otros términos populares en el actual castellano ».

 

Entonces, ¿por qué no los recluta Grimsson ? Qué lujo sería para la audiencia tal disponibilidad de sabios esparcidos por los cátodos. Ya me imagino a Grimsson quitándose la gorrita en señal de desánimo y de abatimiento: Venga, llamad a los españoles. Y allí que aparecerían en pantalla los tertulianos, con sus uniformes marinos, repartiendo explicaciones a diestro y siniestro. Y diciendo : dejaos de mariconadas, que nosotros lo arreglamos con un simple vistazo. Los bastoncillos de algodón son para las orejas. Esto ha sido obra de algún joputa conspirador amigo de Zapatero.

 

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