COSAS QUE CONTAGIAN MÁS QUE EL SIDA
Es curioso cómo se contagia el palurdismo, más rápido si cabe que otras enfermedades igual de virulentas y malsanas. En menos de veinticuatro horas he visto, escuchado y leído cómo la situación financiera de desconcierto total se compara con el SIDA. Es curioso también, pues la primera me llegó a través de la televisión, haciendo zapping, en el programa de una de las más veteranas periodistas de la mañana. Allí siempre hay dos bandos: uno que defiende lo indefendible y otro que excusa lo inexcusable. Da lo mismo la ideología que sea y el tema a tratar. Se es o no se es. Hamlet no se hubiera suicidado de haber conocido a Ana Rosa.
El caso es que un analista socio-político-económico de los de andar por casa, algo endomingado y sabiendo (siempre) qué se cuece afirmó que la crisis ya no es crisis, sino que es un momento insostenible de dudas y nerviosismo comparable a lo que pasaría si después de una orgía alguien descubriera que uno de sus yacentes tenía el SIDA y se lo había callado para uso y disfrute particular.
Ya me quedé perplejo entonces. Pues se suponía que era una chanza para desferrar dicho status de incomodidad financiera. Cualquier comparación (jocosa o no) con una enfermedad de este tipo me parece representativa del Pensamiento tan obsceno que se está instaurando en nuestro país con mano de hierro. Quise saber el nombre del tal individuo, pero no pude aguantar mucho más y quité la tele.
Pero hete aquí que en el trabajo alguien tuvo la amabilidad de acercarnos la prensa y en un descanso cogí el ABC, mucho más llevadero que Está Pasando. Allí me encuentro con este paraje literario sin igual del ínclito Ignacio Camacho:
“Mira, esto es como si después de una orgía en la que hubiese participado mucha gente, todo el mundo acostándose entre sí, se descubriese que algunos de los que estaban tenían el sida. ¿Puedes imaginarte la sensación de pánico e incertidumbre?”
Y fue entonces cuando en mi Bolsa particular de las credibilidades bajó siete enteros más la del contertuliano, hasta caer en la más negra de las bancarrotas. Y con él arrastró a AR, por no mesarse los cabellos ante tal aberración (a diario pueblan los pasillos de su plató tales).
De todo ello lo mejor fue saber qué solución nos queda ante la crisis. Parafraseando una antigua publicidad (socialista, malo-malo), ahora cada vez que tenga que ir al cajero o a mi banco, para cualquier transferencia o qué sé yo, llevaré un preservativo puesto.
Según los que más saben de esta crisis financiera que nos va a absorber a todos (con más fuerza que el acelerador de partículas) con condón el SI-DA NO-DA.
Toma chanza. Si es que me salgo a veces.
(Ya oigo sus aplausos y doy las gracias).
P.d. El autor de la foto es Paco Sánchez. La cita, en el ABC de 2, X, 2008; p. 11. Y no, efectivamente, Hamlet no se suicidó, pero le faltó poco.
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