HISTORIA DE UN BESO
Sábado de julio. Una piscina dentro del panorama netamente español. Calor de justicia, casi abusando de nuestra cordialidad. Los fines de semana hay más gente, ya se sabe. Una pareja besándose, expresándose. Unos cuantos, llamados al decoro, deciden que aquello atenta contra la moralidad. Y se lían a patadas, golpes y a practicar el santísimo y saludable arte de la lapidación de la manera más satisfactoria que ellos conocen. Hacer ejercicio siempre está de acuerdo con la ya famosa “operación bikini”.
Entre apaleamientos varios y alguna que otra contusión por impacto de piedras, dejan a la pareja prácticamente para una urgencia. Sobre todo al chico.
Nadie hace nada. Sólo decir en voz baja: se veía venir. Y: si es que son unos vándalos. Alguno apunta: a mí ya me han robado tres veces este mes; no digo que sean ellos, pero.
Hasta ahí todos con la boca abierta, espantados. Seguro que alguno que lea esto también. Si no hubiera localizado el particular evento, muchos pensarían que se trataba de un conflicto más, el enésimo, en Oriente Próximo.
Ahora es cuando dejo un pequeño apunte: la pareja estaba compuesta por dos chicos.
Y ahora, que levante la mano el que haya pensado: ah, bueno, siendo así, pues… A ése le agradecería que no volviera a pisar esta rua.
p.d. La foto está sacada de www.musee-rodin.fr y pertenece a la hermosa y célebre escultura “Le baiser” de Rodin. Según se dice, los autores son Erik y Petra Hesmerg.
2 comentarios
Isabel -
saludos.
Juan de Dios García -