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RUA DOS ANJOS PRETOS

PIDIENDO TURNO EN LA COLA DE LA PARADA DE LOS MONSTRUOS

PIDIENDO TURNO EN LA COLA DE LA PARADA DE LOS MONSTRUOS Pues ya están por aquí otro año. Faltan muy pocas horas para el acto oficial, para la gran fiesta del cine. Pero ya ha comenzado el circo, pues circo es y no otra cosa, lo que se monta en Los Angeles el próximo domingo. Son los Oscars, esos premios que tantos sinsabores van dejando a lo largo de los años. Y que tantas paradojas soportan. No es que sean unos galardones polémicos, son unos premios un tanto palurdos, enfocados a una serie de rancios pensamientos americanos que desde el otro lado del charco son difíciles de comprender. Tanto como que casi siempre mandemos los españoles a los Oscars una película que no ha ganado el Goya. Es que así no hay forma.

 

En las últimas ediciones este exceso de frivolidades se ha convertido en algo así como darle los premios a las más taquilleras o a las que ha realizado Clint Eastwood, no vaya a ser que algún día sea senador o similar y luego se nos moleste. Cierto es que el chico dirige mucho mejor que actúa, pero se les nota un poco el plumero a los de la Academia con Harry Pistolón de Oro como que desde hace la tira tienen algo en contra de ésos que son del mismo color que Samuel E’too.

 

Hablábamos de paradojas. Continuas y escandalosas paradojas. Vamos a ver un ejemplo : La paupérrima Titanic, donde lo mejor se halla en las escenas de documental, se llevó las mismas estatuillas que ANNIE HALL, EL PADRINO (la primera parte) y HAMLET, el de Sir Lawrence Olivier. Y, si esto no fuera ya de por si acojonante (como el encuentro de Bush con Hamid Karzai), pues seguimos. La sensiblera y de excesivo metraje EL PACIENTE INGLES consiguió ella solita más trofeos que REBECA, CASABLANCA y COWBOY DE MEDIANOCHE. Que es como decir que Jorge Sanz se llevara el trofeo a mejor actor español del siglo XX por delante de José Rodero, Fernando Fernán Gómez y Fernando Rey.

 

Debo reconocer aquí que no es que sea yo un cinéfilo especializado en películas galardonadas con el Oscar a la mejor. De las setenta y siete que existen, sólo he visto treinta. Lo que implica menos del cincuenta por ciento. Y de ellas, me quedaría, sin dudar apenas, con CASABLANCA, EL PADRINO I y II y LA LISTA DE SCHINDLER.

 

Este año volverán a sorprendernos, no cabe duda. Si no es por un lado, nos darán la hostia por otro. Todas las quinielas, que tanto nos gustan, y con las que tan enseñando el culo quedamos finalmente casi todos, dan como favorita a la que dirige Ang Lee, capaz de lo mejor y de lo peor, como viene siendo habitual en esto de los directores de hoy. Pero no me fio yo del puritanismo de Hollywood, a pesar de que lo intentan cada día más. Lo que si está claro que vamos a tener es esa parada de los monstruos típica que se gastan edición tras edición sobre la alfombra roja, con los chistes malos que sólo pueden comprender los americanos y donde siempre habrá una que será la gran derrotada de la noche, que coincide normalmente con la que más me ha gustado. Por eso, mucho me temo que será la de Capote.

 

Pero sea como fuere, esta presunción que se marcan los americanos para restregarnos la magnificencia de sus superproducciones me da un asco casi a la altura de las míticas fotos de Aznar y Bush riendo juntos (ya sé que estoy repitiéndome, pero, si se han fijado en el título, hoy hablaba de Freakies). Todavía hoy me da grima recordarlas. Tanto o más que la escena de Forrest Gump corriendo con una barba del quince ; o la de la vieja del Titanic arrojando el pedrusco al fondo del mar, matarile-rile-rá ; o la de… Vamos, que si no fuera por los escotazos que se marcan algunas de las mujeres más deseadas de éste y otros planetas, a ver quién era el guapo que se tragaba el tostón de la ceremonia. En fin, que como dijo un prestigioso crítico de cine de provincias: hace falta más cine iraní.

 

 
P.d. La foto es de Philip Halsman (1906-1979). Se la hizo a Audrey Hepburn en 1955

 

2 comentarios

José -

Te olvidas de mi idolatrada All about Eve.
Por cierto, el rancio antiamericanismo hace olvidar la también rancia, trasnochada y ridícula ceremonia de los Premios Moña, perdón Goya?

Erasmo Shallkytton -

Actualizado muy interesante y traída los aspectos donde si establece historia. Bravo!