Blogia
RUA DOS ANJOS PRETOS

MONJAS CORRIENDO POR EL GUADIANA (18 - XI - 05)

Más o menos, ése es el tema de una foto de mi buen y admirado amigo José Manuel, que recientemente hizo en una de sus visitas a Mérida. Ahora, imagino, alguna de ellas habrá que se haya visto en la tesitura o en la obligación de aparecer en vía pública y manifiesta manifestación en contra de una ley socialista, portando pancartas de todo tipo.

Desde siempre, la figura de la monja es la que siempre me ha reportado más simpatías dentro de la laberíntica jerarquía de la Iglesia, predominantemente masculina, aunque en España seamos muy marianos. Eso de entregar la vida a un Dios, al fin y al cabo, un hombre me resultaba muy curioso. Hacían lo mismo que las que se casaban, no más que diferente : casarse con un Hombre. Pero tenían su encanto : hacían pasteles, casi siempre divinos y se dejaban crecer el bigote, para no levantar el deseo de los desaprensivos.

No sé yo como se instruye a estas personas del clero a salir en una manifestación, o quién les obliga, porque no creo que tengan poder para decidirlo por sí solas. Venga, me manifiesto, como los espíritus y fantasmas. Pues no lo veo. Alguien habrá que les diga que por el bien de la comunidad religiosa y española sería conveniente que usted agarrara esta pancartita de nada que le hemos preparado y salga a la calle a decir que esta boca es mía

La pancarta se las dieron unos señores con unas siglas que parecen de conclave futbolístico : la CONCAPA o algo así. Yo es que andaba fuera, nada de esto sale por la prensa internacional y más con esa guerra civil que algunos buscan para Francia. Pero supe que Rouco había salido diciendo a los suyos que acudieran en masa a apoyar a la Iglesia frente a este nuevo insulto de los gobernantes. Yo no, dijo muy digno, porque estoy viejo y tengo una imagen pública, pero vosotros... Y allá fueron las monjitas a la carrera a ayudar en los nuevos ministerios como siempre lo han ido haciendo.

Hace ya mucho que todo se sale de madre, que estamos absortos en una espiral de despropósitos y lo ridículo nos gobierna cada día y en cada esquina.

No entiendo por qué a la Iglesia le da ahora por manifestarse. Quizá todo sea una cuestión económica, no de creencias. Quizá sólo sea una cuestión de creencias y eso ya sería lo patético. Lo más patético. No vi obispos manifestándose en contra de la guerra de Irak, ni contra el terrorismo islámico - a algunos contra ningún tipo de terrorismo - cuando nos machacó aquella mañana en Atocha. Y los veo manifestándose ahora a favor de las verdaderas doctrinas y teorías caducas. No sé, me desborda pensar que la vida para ellos sea menos importante que ciertos prototipos familiares : un hijo engendrado en una entidad familiar heterosexual ciento por ciento, estudiando una religión cristiana obligatoria, y que pueda ir años después de su adoctrinamiento a miles de kilometros a realizar cruzadas por unos pocos millones de dolares que, evidentemente, iran a enriquecer a otro país. Me cuesta creer que eso sea todo, que por ahí vayan los tiros. Porque he conocido a gente de esa comunidad cristiana que están muy por encima de lo que la gente haga con su vida, que se case o viva con quien quiera, que eduquen a sus hijos con determinados ideales, pero que se pasan la vida entregando sus acciones a los demás. Porque ellos no se merecen nada de lo que está sucediendo estas semanas con la LOE, no se merecen que su buen hacer se politice ni se ideologice.

Hay gente que cree en lo que hace, y que hace las cosas porque las cree así y que se vean abocados a llevar pancartas para engrandecer la imagen de los suyos, que sólo hacen por mirarse el ombligo y sus cuentas defecitarias es vergonzoso.

 

0 comentarios