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RUA DOS ANJOS PRETOS

UNA ASPIRINITA DE ANTONY AND THE JOHNSONS

UNA ASPIRINITA DE ANTONY AND THE JOHNSONS

 

Hay que hacerle caso a la Coixet y levantarse en estos días rayanos a la primavera con Epilepsy is dancing. Uno no puede hacer otra cosa después que creer. Y creer en estos tiempos de desaceleración de la ingenuidad es algo portentoso. Aferrarse después a Kiss my name como el que aprieta la punta del cucurucho - que se ha comido previamente - para que no se prolongue en demasía la desazón del reguero de helado de chocolate. Adelantarse a los caprichos del destino con Daylight and the sun, para que sus avatares no te defrauden. Y, por último, toma aire antes de entrar al despacho de tu jefe y escucharle otra vez lo de apretarse el cinturón mientras juguetea con las llaves de su Audi y repasa su versión del Knockin’ on heaven’s door capaz de desestabilizar el índice Dow Jones.

Una aspirinita de Antony and the Johnsons para el alma en estos tiempos sedientos de mugre. No es el remedio total para los estados carenciales del ánimo, pero es mejor que seguir pensando que Obama va sacarnos de todo esto.

 

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