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RUA DOS ANJOS PRETOS

LO SUBLIME

LO SUBLIME

IRREPARABLEMENTE


Cuánto lamento ahora —y ya qué tarde—
las veces que dejé de ir a tu casa
en tus últimos años, aun sabiendo
que no era mucho el tiempo que quedaba.
Los absurdos quehaceres cotidianos
y las mentiras con que nos engaña
la vida, me impidieron a menudo
hacerte compañía, me alejaban
del ámbito armonioso en que vivías,
del cuarto aquel en el que siempre estabas,
de tu bondad, de tu sonrisa hermosa,
de tu alegre emoción cuando tomabas
con tanto amor las manos de tu hijo
en tus manos de anciana.

 

 

Eloy Sánchez Rosillo, Oír la Luz, Tusquets, 2008.

p.d. La foto, de su querido Juan Ballester.

 

1 comentario

Anónimo -

Que facil es lamentarse. Que dificil es regalar 5 minutos de tu "atereada" vida a la persona que te doy la vida y la cual,se la quitaria sin dudarlo un segundo por ti. En nuestro afan por creernos importantes se nos olvida lo que realmente es importante.