TORSO MÁGICO

Vamos a ver si nos enteramos de una vez. Quizá algunos no se hayan dado cuenta de la gravedad del asunto con tanta noticia estúpida que nos meten por la retina: que si hay que atajar el problema del calentamiento global, que si España será un desierto de aquí a cuarenta años, que si en Londres se podrán freír huevos en el asfalto de aquí a nada por la polución, que si Hezbolá , que si atentados en Bagdad, que si el euribor continúa bebiendo red bull a todas horas… Ya saben. Todas esas monsergas que no hacen otra cosa que acortarnos las esperanzas, incluidas la de vida.

Padres del mundo, eso nos aparta del tema que nos ocupa: lo que ha hecho el innombrable actorzucho del mago más famoso del mundo – después de Gandalf. Que se ha desnudado, señores. Para publicitar una obra de teatro, añado. Es que no tiene nombre lo suyo.

Ante el hecho, algunos padres avispados, a los que debemos todos sumarnos unánimemente, ya han puesto el grito en el cielo. Que sea el repudio universal para Radcliffe, que no vuelva a desenfundar su varita. Padres de todo el orbe: echaos a la calle y a los foros para dar a conocer vuestro estupor por algo tan grave; declamad a los cuatro vientos que vuestros hijos no volverán a visionar a semejante patán desvergonzado. Bien puede decirse que esos pelillos alrededor del ombligo son impropios de púber mago.

Padres que os preocupáis de la sana educación de vuestros hijos, que no ponéis reparo alguno en su bienestar, que salís disparados hacia los centros comerciales a por su nuevo – y más caro que el anterior – capricho; padres que custodiáis su alimentación atiborrándolos de hamburguesas XXL para jorobar a cuanto ministrucho de sanidad se os ponga por el medio, fomentando el apogeo de nutricionistas, láncense a una cruzada particular contra el joven de espantoso torso.

Alguno dirá: Oiga, pero es que es un icono para todos los niños y eso es como un fraudulento pecado. Denle el Nobel a quien opine así.

Alguien dirá: Discúlpenme, pero el icono es Harry Potter, el mago salido de la mente de Rowling, no su actor. Y vendrá con excusas y pretextos. Y ejemplificará con El Quijote y dirá que Cervantes no atacaba las novelas de caballería, sino a los lectores idiotas que no sabían distinguir la realidad de la ficción y corrían el peligro de vivir en la doble ignorancia, virus letal que te lleva a cometer actos ignominiosos.

A ese comunista, padres del mundo, llévenlo a la hoguera.

Al último que quemamos en Hyde Park le oíamos decir, mientras duraba su ignívomo arrepentimiento: ¿Saben por qué la novela cervantina es la primera considerada moderna? Porque es la primera que nos hace pensar, la primera que no contiene una oculta moraleja.

Estos comunistas se agarran a un clavo ardiendo, los jodíos. Pero arden que da gusto.

 

p.d. La foto es un extracto de la realizada por Peter THOMPSON Associates .