CADA UNO TIENE LOS CLIENTES QUE SE MERECE
Decía uno de mis jefes, cuando me vine a trabajar a la ciudad en la que resido, que cada uno tiene los empleados que se merece. Es una frase que me encanta, y que yo aplico de una manera peculiar, que, es probable, nada tenga que ver con el buen uso que mi jefe hace de ella. Yo la aplico también a los clientes, al hecho de que cada empresa tiene los clientes que se merece.
Hoy, camino de mi clase de francés, me he topado con uno de los nuestros, de los clientes que van por mi local con relativa asiduidad. Iba con cierta prisa, pero me ha dado tiempo a verlo y reconocerlo. Estaba entre dos coches, con gafas de sol de los setenta, de las ray-ban con cristales verdes de toda la vida. No me hubiera fijado en él más de no ser por la posición de sus brazos. Algo extraña, para qué engañarnos. Al pasar cerca de donde estaba, al cambiar la perspectiva, todo se ha transformado, cobrando sentido. El señor estaba orinando entre dos coches y utilizaba el periódico para taparse mientras sostenía su pingajo. Y luego yo, iluso de mí, pidiendo a este individuo – qué pronto ha bajado unos cuantos escalafones para mí (aunque nunca se puede tener en estima a alguien que tiene a tus compañeras como floreros en los que guardar tesoros dentro) – que trate a las personas cuando éstas se ponen a su servicio.
Pronto ha venido a mis labios la frase de marras. Es cierto. Cada uno tiene los clientes que se merece.
¿Cómo pedirle a alguien así que me respete como trabajador cuando no se respeta ni a sí mismo como persona?
p.d. la foto está tomada del blog www.distorsiones.com
2 comentarios
Tom Cruise -
Salu2
ElArtistaMadridista -