INAUDITO INAUDITO: LA CASUALIDAD EN ESTEREO DUAL
Dos hechos insólitos en un mismo día. Domingo, que es el día del Señor, aunque hasta él lo haya olvidado.
Nada tiene esto que ver con que Pedrosa y Alonso hayan ganado sus respectivas carreras, lo que no sabemos si nos traerá nueva publicidad, o seguirán recurriendo a la de siempre. Por tanto, que se abstengan curiosos.
La primera ha sido en el trabajo. Enrique me ha pedido una moneda para su café y yo se la dejo. Saco primero uno para mí, ya que comienzo a echar de menos la mascarilla y la cama. Y no sé por qué astros, desde la mesa le lanzo una bola improvisada de papel mojados para que le impacte en su cabezota linda. Ajeno a mí y atento a la máquina del café no ve el inminente impacto. Pero como la ciencia es algo más ciencia de lo que en Armageddon pretenden hacernos creer, pues ni creo que yo pudiera aterrizar un cohete en la órbita de un meteorito maligno y más grande que un tumor ni tampoco he sido capaz de impactarle a él.
El hecho es que la bola de papel ha seguido su curso y se ha ido directa hacia el espacio existente entre la máquina del café y la pared. Más exactamente, el enchufe. Y de repente se ha ido la luz de las máquinas. La del café y la del agua. Porque mi bola de papel ha derribado el enchufe. Lo ha arrancado de cuajo. Y del enchufe o del ladrón se ha desmembrado otro enchufe más. Atónitos que nos hemos quedado los que allí estábamos y alguien se ha reído porque sabía que el café se ha ido a tomar por saco.
Y esta mañana, cuando iba al trabajo de nuevo, he cogido el reloj de la mesilla de noche, donde So tiene una vela muy particular, pues está metida en un recipiente de cristal de ésos que tienen un cierre como los del foie gras francés que te encuentras en Fouchon, parecido al de las antigua pitusas y a los vetustos frascos de cristal para los garbanzos, de ésos que existían antes de los cancerígenos envases de plástico, tan prácticos para la vida moderna como asesinos. Vale, pues el cierre de la vela se ha enganchado a la correa de mi reloj, de tal manera que he tenido que abrir la correa y buscar el lugar exacto por donde debía de salir el cierre de la vela.
Sólo falta la noticia de que va a regresar a Telecinco las crónicas de Sardá y termino de creer que dios existe. Porque lo que es la casualidad de la casuística… Existe, desde luego. Y cada día que pasa está más hijoputa conmigo. A ver qué le habré hecho.
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ElArtistaMadridista -