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RUA DOS ANJOS PRETOS

MI CAMISETA DE LOUISE BROOKS ESTÁ MURIENDO

MI CAMISETA DE LOUISE BROOKS ESTÁ MURIENDO

Mi camiseta de Louise Brooks se está muriendo. De las tres fotos que la componen, en dos de ellas está prácticamente irreconocible, carcomida su radiante belleza muda por el uso. Es una pena, pero también es cierto que las camisetas no duran toda una vida. Algunas son fruto de un momento álgido y cuando se nos pasa la fiebre, quedan en los armarios y después son pasto de las donaciones a oenegés, como si en los países a las que las enviamos llegaran nítidas las palabras de Noam Chomsky o Leo Bassi, los retratos impopulares de fugaces estrellas del pop.

Pero esta camiseta de LB es un regalo. Un regalo de despedida, que duelen más. Me lo ofrendó hace cuatro años mi querido Pedro Merino. Un poco antes de que comenzara a gestarse este blog, por cierto. Tiene la certeza de unirnos cada vez que me la pongo, que, como es imaginable, sucede asiduamente. Regresan con cada gesto de enfundármela nítidas las risas y las emociones del reencuentro, que se hacen imperecederas.  Llegan por ejemplo las últimas risas valencianas, cuando recién comidos nos dio por subir peldaños de campanarios o ese video que hace poco he recibido vía Ámsterdam.

Suena Amanda Palmer en mi casa. Otra mujer que bien podría unirnos a Pedro y a mí.

Una persona - Pedro, no Amanda - que siempre está presente en mi casa, a pesar de que nunca la ha pisado. Y a la que le doy las gracias por haberme elegido.

 

1 comentario

maestropiero -

snif, snif la piel de gallina me has puesto pero tu casa será visitada y tu camiseta repuesta