CUADERNOS
Mi vida se resume en unos cuantos cuadernos. Siempre me ha encantado escribir en ellos y debe de notárseme lo suficiente, pues alguno de ellos ha llegado a mis manos a través de manos amigas o amadas. Los tengo de diferentes lugares y en ellos pueblan desde poemas a frases inconexas; desde rotas de trabajo hasta recetas de cocina; desde números de teléfonos de gente que hoy he olvidado hasta ideas para próximos coloquios. Se mezclan y permanecen en una memoria que ya no es la mía cosas como
Maquillarme como para un ritual,
Fúnebre o de cortejo.
Con cosas como ésta:
FUNDACIÓN MAX AUB
Apdo. de Correos 111
12400 Segorbe (Castellón)
Se recuerdan apuntes que una vez sirvieron de tranvía a otros lugares de la memoria o el recuerdo y que hoy se quedan en vaguedades:
Por fin, los milenios son un decimal,
Una cifra de tiempos sin más.
Que comparten página con detalles como
07820 Regional 8.55 – 15.53
Son parte de mí. Cuando los veo arrinconados por mis diferentes casas, me devuelven siempre a la persona que me los regaló, la echo de menos si está lejos, como es el caso de Susanne (su delicioso cuaderno de Gaudí), o Anabel (uno de los más bellos cuadernos que yo haya tenido, con las escaleras de Montmartre sobre un fondo negro) o le mando un beso silencioso, si tengo la suerte de tenerla cerca.
Se podría decir que son mis más bellos tesoros y doy las gracias públicamente a todos aquéllos que los han hecho posibles.
1 comentario
sonia -
un beso