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RUA DOS ANJOS PRETOS

BUERO VALLEJO SEGÚN EL NO-DO

BUERO VALLEJO SEGÚN EL NO-DO

Una de las grandes ideas y utilísimas colecciones que ha hecho EL MUNDO, al periódico me refiero, es la colección de “El franquismo” y su curso a través del No-Do.

En el volumen nueve, que se para en 1949 (lo que da mucho miedo, si vamos a volumen por año al precio de 10,90 euros), una de las noticias destacadas, vía No-Do, es el triunfo con la magistral “Historia de una escalera” de Antonio Buero Vallejo.

En 1949, un desconocido Antonio Buero Vallejo gana el premio Lope de Vega, paralizado desde 1934, con dicha obra. Pero, de desconocido no tenía nada. Para el ejército y el gobierno español de esa época no. Buero Vallejo había estado condenado a muerte. Según él mismo contó en alguna ocasión, se salvó de milagro: por un error burocrático, para ser exactos, pues ya se sabe que en la burocracia es donde más milagros se dan. La condena a pena capital se mantiene durante ocho largos meses. Luego, el error burocrático la convirtió en treinta años de cárcel. Para paliar tanta alegría, en 1946 se le destierra de Madrid y marcha a Carabanchel.

Cuando los organizadores de Lope de Vega abrieron la plica y vieron el nombre del ganador pensaron en comerse a cachitos pequeños ese papelito. Bueno, no pasa nada, que diría alguno. Aquí cerramos la puerta y pelillos a la mar.

Pero no. El premio Lope de Vega implicaba la puesta en escena de la obra dentro de las bases del premio. Había que actuar rápido y se decidió estrenar en el Teatro Español “Historia de una escalera” el 14 de octubre. Por aquella época, y durante todo el franquismo, el Teatro pasó a estar bajo la tutela del Ministerio de Información y Turismo, y no a la del Ayuntamiento madrileño, como anterior y posteriormente sucede. En este teatro de la calle Príncipe Pío, antiguo corral de comedias, era donde se representaban las obras galardonadas con el Lope de Vega.

Se elige, por tanto, una fecha: la del 14 de octubre, sencillamente. Hoy nos parece una fecha normal, pero hay que tener en cuenta lo sagrado que a finales de los cuarenta era el Don Juan, que se representaba del 30 de octubre al 02 de noviembre.

Estaba claro que era la manera más decorosa que tenía el Ministerio y la censura de darle puerta a Buero, enemigo del régimen, con la mayor discreción y corrección política del mundo. Pero los pobres maquiavelos no contaban con un par de cosas:

a) ese año el premio se lo habían dado a la mejor obra presentada;

b) la crítica del pueblo fue voraz y su éxito hizo que ese año no hubiera Tenorio en el Teatro Español.

Menos mal que en el Teatro María Guerrero, el 1 de noviembre de ese año, los madrileños pudieron disfrutar de la escenografía que Dalí se inventó para la obra de Zorrilla.

Así fue la pequeña venganza de Buero Vallejo contra los que lo condenaron en su día a la pena capital. Pequeña, pero con un dulce sabor en la boca que le duraría hasta el 29 de abril de 2000.

Cuento esto porque es probable que en el volumen nueve de la colección de tan insigne periódico se les haya olvidado mencionarlo, dado el rigor informativo que de la época tenía el No-Do.

p.d. el famoso dibujo de Miguel Hernández es de Buero Vallejo. Lo hizo en la cárcel, donde coincidieron y se hicieron muy amigos.

1 comentario

Mastronardi -

¡Genial historia! (¿o debería decir Historia?)